Desde que se dejara atrás la vida del bachillerato, una nueva etapa empezó para todos nosotros: la etapa universitaria. Este nuevo ciclo, como cualquier otro supone unas experiencias positivas pero también otras negativas y, por supuesto, de tales vivencias se pueden extraer posibles actitudes u otros elementos que mejorar para construir, en definitiva, una mejor estancia y estudios universitarios.
Experiencias Positivas
Después de mantener contactos entre los alumnos para obtener dichas experiencias y mejoras; y de poner en común todas ellas, pude concluir que la experiencia más positivamente valorada por todos los grupos era el factor humano existente por las convivencias entre alumnos, del que salen prácticamente todos los aspectos positivos. El más visible es, sin duda, el buen ambiente que se vive en la universidad. Aspecto, que va unido a las nuevas amistades creadas durante esta etapa. Estas nuevas amistades, por otra parte, también se consiguen en los programas de intercambio (Séneca y Erasmus) que, al mismo tiempo, suponen el intercambio de diferentes experiencias entre alumnos.
Otra buena experiencia que no deja de estar relacionada con lo anterior es, sin lugar a dudas, la diversidad de opiniones que existen entre los alumnos, sin que éstas impidan el respeto mutuo, sino al contrario, suponga un enriquecimiento personal. Esta diversidad es claramente un elemento, aunque no el único, que ayuda a formar el último elemento positivo en común que salió de los grupos: la visión más completa de la sociedad, a la que, por supuesto, ayudan a formar, los docentes de la facultad.
Experiencias Negativas
En el lado opuesto, lo que se ha considerado negativo en la vivencia universitaria es que es la actitud y los métodos del profesor debidos a la libertad de cátedra, y considerando la mayor o menor competencia del mismo, la que consigue que la misma asignatura sea difícil o fácil de aprender y aprobar según en el grupo elegido. Asimismo, se percibe una falta de compromiso y vocación, ya no sólo de quienes imparten clase, sino también del alumnado que tiene como consecuencia, aunque resulte paradójico por ser la facultad de ciencias políticas, en la aparición de una ignorancia y pasividad política. A parte, de esta pasividad política, otro aspecto que se ha considerado negativo es la pasividad existente ante los actos de vandalismo que en ocasiones ocurren en la propia facultad.
Por otra parte, se puede observar demasiada burocratización, que conlleva a un problema administrativo por la mala organización que suponen las convalidaciones, horarios…en definitiva, el excesivo papeleo, problema que va unido al del sistema de créditos de libre elección que muchas veces supone que por el número variable en que se reciben se queden incompletos.
En último lugar encontramos experiencias negativas en el ámbito que concierne a las relaciones entre alumnos. Entre éstas destacan la pérdida de compañeros, por la razón que sea y en ocasiones la competitividad que surge entre algunos.
Mejoras
De esta manera, de estos elementos, se pueden concluir las mejoras necesarias: mayor control sobre la libertad de cátedra, mejora de la administración, redondeo de los créditos de libre elección, etc. Sin embargo, existen otras posibles mejoras que salieron al margen de las experiencias negativas señaladas. Éstas son respecto al mobiliario de las clases, sobretodo lo referente a los pupitres, en la misma línea se considera deficiente en algunas estancias el estado de las fachadas, aire acondicionado, calefacción, etc. Y asimismo, la misma ubicación de la facultad, alejada de la ciudad universitaria, donde, las experiencias positivas de convivencias entre alumnos e intercambio de experiencias con otras facultades podrían ser mayores.
Sobre otras cuestiones, se destaca el posible mejor uso del Campus Virtual para las clases y la exigencia de mayor puntualidad e interés tanto para el docente, como para el alumno.
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