martes, 10 de noviembre de 2009

Segunda Lectura

Qué es una concepción del mundo


Una concepción del mundo no es un saber, no es un conocimiento como lo es la ciencia positiva. Es una serie de principios que dan razón de la conducta de un sujeto. Cada individuo en sus hechos cotidianos plasma de manera inconsciente su propia concepcion del mundo.

Estos principios están explícitos en la sociedad en la que se vive. Esa cultura contiene un conjunto de afirmaciones acerca de la naturaleza del mundo fisico y de la vida. La parte teórica de la concepcion del mundo esta íntimamente ligada con la parte práctica

La existencia de una formulación explícita de la concepción del mundo en la cultura de la sociedad no permite averiguar cuál es la concepción del mundo realmente activa en esa sociedad pues el carácter de sobreestructura que tiene la concepción del mundo no consiste en ser un mecánico reflejo, ingenuo y directo, de la realidad social y natural vivida.
Para el estudio de las relaciones entre concepción del mundo y ciencia positiva basta con atender a los aspectos formales de ambas.

Las concepciones del mundo suelen presentar en las culturas de tradición grecorromana unas pautas muy concentradas y conscientes en forma de credo religioso-moral o de sistema filosófico. Esta última forma fue muy característica hasta el siglo XIX.

Pero la filosofía sistemática fue viendo como la ciencia positiva fue arrebatando cada campo que le competía y terminó por intentar salvar su sustantividad asumiendo un repertorio de supuestas verdades superiores a las de toda ciencia.

En los casos mas ambiciosos la filosofía sistemática ha pretendido dar razonamientos que abarcan contenidos de las ciencias positivas. Pero esta pretension puede considerarse fracasada a mediados del siglo XIX precisamente con la disgregación del más importante sistema filosófico de la historia, el de Hegel.
La filosofia sistemática fracasa debido a la constitución del sistema científico positivo durante la Edad Moderna. Este conocimiento se caracteriza por su intersubjetividad y por su capacidad de hacer predicciones exactas. Un concepto intersubjetivo quiere decir que puede ser entendido de igual forma por personas adecuadamente preparadas. La filosofía sistemática y los dogmas religiosos carecen de estas características que brindan seguridad y un rendimiento considerable al hombre, por ello la ciencia positiva termina ganando terreno la filosofía sistemática tradicional.

El que las concepciones del mundo carezcan de aquellas dos características del conocimiento positivo no es accidental sino necesario se debe a que la concepción del mundo contiene esencialmente afirmaciones sobre cuestiones no resolubles por los metodos decisorios del conocimiento positivo que son la verificación o falsación empíricas y la argumentación analítica. Una auténtica concepción del mundo debe contener la cuestión acerca de la existencia o la inexistencia de Dios, de la finitud o infinitud del universo, etc. y esos enunciados no pueden ser probados empíricamente. Esto no quiere decir que el conocimiento positivo no abone una determinada concepción del mundo más que otra pero abonar no es lo mismo que probar en sentido positivo.

Estos rasgos de la situación permiten plantear correctamente la cuestión de las relaciones entre concepción del mundo y conocimiento científico positivo. una concepción del mundo que tome a la ciencia como único cuerpo de conocimiento real se encuentra visiblemente por delante y por detrás de la investigación positiva.





La concepcion marxista del mundo



La concepción materialista y dialéctica del mundo o concepción comunista del mundo está movida por la aspiración por terminar con la obnubilación de la conciencia, con la presencia de la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados. De esto se desprende que es una concepción del mundo explícita. La concepción del mundo marxista no puede considerar sus elementos explícitos como un sistema de saber superior al positivo. El nuevo materialismo, escribe Engels en el Anti-duhring, no es una filosofía sino una simple concepción del mundo que tiene que sostenerse en las ciencias reales. en el queda superada la filosofía y también preservada en cuanto a su contenido real. Se concibe lo filosófico no como superior a la ciencia sino como un nivel del pensamiento científico: el de la inspiración del propio investigar y de la reflexión sobre su marcha y sus resultados.
Y puesto que el punto de llegada es la ciencia real, esa concepción del mundo no puede más que explicitar la motivación de la ciencia misma.
Esta motivación es lo que puede llamarse inmanentismo, el principio de que la explicación de los fenomenos debe buscarse en otros fenomenos, en el mundo y no en instancias ajenas o superiores al mundo. Este principio esta en la base del hacer científico el cual perdería todo
sentido si tuviera que admitir la acción de causas no naturales.

En este postulado del inmanentismo se basa la concepción marxista del mundo. El primer principio de la concepción marxista del mundo, el materialismo, es en sustancia el enunciado del postulado inmanentista: el mundo debe explicarse por si mismo. El materialismo es lo primero en el marxismo, pero el materialismo no es más que uno de los principios fundamentales de lo que Engels llama concepción comunista del mundo. El otro es el principio de la dialéctica.

La ciencia positiva realiza el principio del materialismo a través de una metodología analítico-reductiva. Su eliminación de factores irracionales en la explicación del mundo procede de una reducción de lo más complejo a factores más simples.

El análisis reductivo practicado por la ciencia tiende a obviar conceptos con contenido cualitativo, para limitarse en lo esencial al manejo de las relaciones cuantitativas. El análisis reductivo practicado por la ciencia tiene normalmente éxito. Ésto se debe a su descomposición en elementos más simples, libres de connotaciones cualitativas y a que ésto ayuda a formar conceptos mas adecuados.
Pero precisamente debido a esto sólo se trata conceptos generales, leyes, que pierden parte de lo concreto precisamente la parte que diferencia a cada objeto.

Los todos concretos y complejos no aparecen en el universo del discurso de la ciencia positiva, aunque ésta suministra todos los elementos de confianza para una compresión racional de los mismos. Lo que no suministra es su totalidad, su consistencia concreta. La concepción del mundo
tiene por fuerza que dar de si una determinada compresión de las totalidades concretas.
La tarea de una dialéctica materialista consiste en recuperar lo concreto sin hacer intervenir más datos que los materialistas del análisis reductivo. La palabra análisis en el marxismo es diferente al análisis de la ciencia positiva, este análisis se propone entender la individual situación concreta sin postular más componentes de la misma que los resultantes de la abstracción y el análisis reductivo científicos.

Queda claro cual es el nivel del discurso en el cual tiene sentido hablar de análisis dialéctico: es el nivel de compresión de las concreciones o totalidades, no el del análisis reductivo de la ciencia positiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario